Quiero que la primera receta de mi blog sea un dulce, porque cocinar cualquier clase de plato dulce me supone un reto lleno de imprevistos que me provocan tormento y me llevan a una lucha entre los gramos, los mililitros, las varillas, la masa, el horno... mi cocina se convierte en un campo de batalla.
Y no decaigo en hacer dulces, aunque la mayoría de veces vayan a la basura, o mis comensales y yo nos lo comamos por pena, (pena por tirar la comida, porque la comida no se tira).
Así que cuando hago un postre y se puede comer es todo un logro y una superación, como las cosas de la vida...
Mi vida está llena de desafíos, de cosas a las que jamás hubiera pensado que me enfrentaría, entre otras cosas, hacer dulces.