jueves, 30 de enero de 2014

¡Regalico de Cieza, con sabor y ...!

Hola a todos, quiero agradecer la buena acogida que ha tenido el blog.
Os he preparado unas cosillas, que quizá os ayuden para que el día a día sea un poquito más organizado.
Solo tenéis que pinchar en el enlace que hay debajo de cada imagen.

Migas de pan

Cocinar migas de pan es laborioso pero relaja porque hay que hacer un trabajo monótono y se puede pensar y dejar volar la imaginación.
Y  me imagino a Cieza en la época en que sus gentes pasaban hambre, a esas madres con un montón de bocas que alimentar y con muy pocos recursos al alcance.
Seguro que fue una de esas madres a la que se lo ocurrió remojar mendrugos de pan y luego freírlos, para convertirlos en una comida suculenta.
 

domingo, 26 de enero de 2014

Arroz con costillejas

El arroz con costillejas de cerdo es uno de los platos que no faltan en las mesas ciezanas.
Es un clásico, todos, bueno casi todos los ciezanos lo hemos comido alguna vez. 
Siempre lo cocino con cerdo normal pero el otro día se me ocurrió comprar costillejas de cerdo ibérico, bueno, bueno... qué sabor, qué olor...

sábado, 25 de enero de 2014

Alcachofas con gambas

 
Alcachofa, alcachofa... no suena muy bien el nombre, pero qué buena que está, jejejeje. Me encantan.
Es una de las plantas cultivadas más antiguas, se han encontrado dibujos de alcachofas en tumbas egipcias y altares de sacrificio. ¿comerían los egipcios alcachofas?  los griegos y los romanos sí, pero solamente los tallos y en abundancia, porque creían que tenían efectos afrodisíacos y digestivos.
Hace tiempo leí que el nombre alcachofa deriva de un término árabe que significa "lengüetas de la tierra".
A mí me encantan las alcachofas, como sean, mejor cuando son frescas, recién cortadas de la alcachofera silvestre (vaya un nombrecico, parece un insulto), pero descubrí hace tiempo unas bolsitas de alcachofas congeladas que están buenísimas.

viernes, 24 de enero de 2014

Tarta de naranja

Quiero que la primera receta de mi blog sea un dulce, porque cocinar cualquier clase de plato dulce me supone un reto lleno de imprevistos que me provocan tormento y me llevan a una lucha entre los gramos, los mililitros, las varillas, la masa, el horno... mi cocina se convierte en un campo de batalla.

Y no decaigo en hacer dulces, aunque la mayoría de veces vayan a la basura, o mis comensales y yo nos lo comamos por pena, (pena por tirar la comida, porque la comida no se tira).

Así que cuando hago un postre y se puede comer  es todo un logro y una superación, como las cosas de  la vida...
Mi vida está llena de desafíos, de cosas  a las que jamás hubiera pensado que me enfrentaría, entre otras cosas, hacer dulces.